La fuerza laboral resiliente: cómo se amortiza la inversión en bienestar

VISIÓN GENERAL

El bienestar de los empleados ya era una preocupación importante para los empleadores incluso antes de que ocurriera la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19). Ahora es esencial. Según el próximo informe de Aon, Rising Resilient, derivado de las respuestas de las primeras semanas de la pandemia, el 80% de los empleadores encuestados en Europa creen que la salud y el bienestar son importantes para sus organizaciones a largo plazo, y es probable que el 55% aumente su inversión en salud y bienestar en el futuro.

Como crisis económica y de salud mundial, el COVID-19 ha sido fuente de una amplia variedad de preocupaciones en las organizaciones y en sus empleados. Mientras buscan manejar con éxito la pandemia, las empresas deberán reconocer el impacto que la pandemia ha tenido en el bienestar físico, emocional y financiero de sus empleados.

Los datos muestran que los empleados lo esperan: el 52 por ciento de los empleados encuestados dijeron que piensan que su empleador debe hacer más para promover la salud y el bienestar en el trabajo, según el informe Rising Resilient. Algunos empleadores ya están agregando o ajustando las ofertas de bienestar para satisfacer las tensiones causadas por COVID-19. Para los empleadores que logran el bienestar correcto, el esfuerzo puede ayudar a sus equipos a desempeñarse de manera más efectiva y productiva, y fomentar la resiliencia, brindando adaptabilidad al cambio, sentido de pertenencia y capacidad para alcanzar el máximo potencial. Puede marcar una diferencia crucial cuando se trata de atraer y retener talento. Las empresas que ofrecen programas de bienestar también pueden verse recompensadas por inversores y consumidores que se centran cada vez más en cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

“Si bien el bienestar podría haberse considerado anteriormente una fuerte herramienta de atracción y retención de talentos, ahora es una parte fundamental de la recuperación general de una organización”, dice Stephanie Pronk, vicepresidenta senior y líder del equipo de transformación de la salud en Aon.

El enfoque en el bienestar no debe limitarse a reaccionar ante una crisis. En cambio, debería seguir siendo un punto de énfasis para los empleadores a medida que emergen de la pandemia. Este enfoque en la felicidad, la salud y el bienestar de los empleados generará dividendos en la atracción, productividad, retención y lealtad de los empleados.

EN PROFUNDIDAD

“A medida que ahondamos en la pandemia, la naturaleza de los factores desencadenantes que afectan nuestra salud mental, refleja nuestra disminución del alcance de control”, dice el Dr. Amitabh Deka, jefe de soluciones de bienestar para el sur de Asia y Aon Care. “Comenzó como un problema de salud para uno mismo: alto control. Se trasladó a preocupaciones sobre los comportamientos de salud de los demás que nos afectan —bajo control— y, finalmente, a preocupaciones relacionadas con la seguridad laboral y la economía: sin control “.

Para muchos empleados, más allá del estrés del COVID-19 en sí, hay estrés por trabajar repentinamente desde casa, miembros de la familia enfermos, ayudar a los niños con la educación en línea y la injusticia social. “Es difícil ser un ser humano en este momento”, dice Jim Winkler, director de innovación de Global Health Solutions en Aon. ” Todas estas cosas juntas están ejerciendo una presión enorme sobre nuestra salud mental”.

UN NUEVO ENFOQUE EN LA RESILIENCIA

Ante una crisis tan compleja, un objetivo de los empleadores es ayudar a los empleados a desarrollar su resiliencia. “Los empleadores reconocen que los empleados son fundamentales en sus esfuerzos por operar durante esta crisis”, dice Winkler. “Por eso, están buscando formas de ayudar a sus empleados a ser más resilientes y ayudarlos a navegar los tiempos turbulentos que estamos viviendo”.

En su marco de políticas de Salud 2020, la Organización Mundial de la Salud dice que la resiliencia “está determinada por la disponibilidad de entornos de apoyo, que son esenciales para que las personas aumenten el control sobre los determinantes de su salud”.

Los componentes de esos “entornos de apoyo” no serán, y no deberían, verse iguales para todos los trabajadores. Se reconoce cada vez más que los mejores programas de bienestar son de naturaleza holística, y se centran no solo en la salud física, sino también en la salud mental / emocional, social, laboral y financiera. Si queda alguna duda, los impactos de COVID-19 en la salud física (riesgo de virus), financiera (economía en dificultades) y mental (quedarse en casa, trabajar mientras el aprendizaje de los niños es remoto) resaltan la necesidad de un enfoque holístico, según Winkler.

EVOLUCIÓN DE LAS TENDENCIAS DEL PROGRAMA DE BIENESTAR

 Las organizaciones se encontrarán en diferentes etapas de sus recorridos por el bienestar de los empleados y, por lo tanto, sus enfoques serán diferentes a medida que avancen en el camino de una mejor resiliencia de los empleados, señala el Dr. Avneet Kaur, consultor principal de Health Solutions EMEA en Aon. Algunos pueden adoptar un enfoque por etapas, mientras que otros ya pueden estar adoptando una visión estratégica del bienestar.

“Aquellos en las primeras etapas pueden comenzar asegurándose de que los beneficios de bienestar que ofrecen realmente satisfagan las necesidades de los empleados”, dice Kaur.

La comunicación juega aquí un papel clave. El informe Rising Resilient de Aon encontró que los empleadores suelen ofrecer el doble de iniciativas de las que los empleados creen que están disponibles para ellos. “Uno de los mayores desafíos puede provenir no de los beneficios en sí mismos, sino de la comunicación que los rodea”, dice Kaur. “Las empresas se quedan cortas en parte porque existe una brecha de comunicación entre lo que se ofrece a los empleados y lo que ellos conocen y con lo que interactúan”.

La pandemia puede estar provocando cambios aquí, con una mayor actividad de comunicación. “Los empleadores han aumentado la frecuencia de los mensajes digitales, especialmente en torno a la respuesta a la pandemia, que incluye nuevas iniciativas de bienestar”, dice Violetta Ostafin, directora ejecutiva de Health Solutions, Aon Latin America. “Y un cambio notable es la participación activa de los principales líderes en estos mensajes, mostrando patrocinio y compromiso con la estrategia y un interés en aumentar el compromiso y la adherencia de sus empleados a estos programas”.

Los empleadores se centran en una mayor promoción en torno a los programas existentes, especialmente aquellos a los que se puede acceder de forma remota, como la telemedicina y los programas de asistencia al empleado (EAP por sus siglas en inglés), dice Amanda Mercep, jefa de soluciones de bienestar, Norte de Asia, Aon.

“También hemos visto empleadores que introducen estos programas en lugares donde había brechas en la cobertura”, dice Mercep. “Y cuando se trata de salud mental, muchas empresas quieren asegurarse de que los gerentes tengan las herramientas y los recursos necesarios para detectar problemas de salud mental, apoyar a sus equipos y mantener el desempeño”.

Cuando se trata de bienestar social, es decir, mantener relaciones con familiares, amigos y colegas, los empleadores están utilizando oportunidades de aprendizaje y desarrollo, como charlas y capacitaciones de salud virtuales para involucrar a los empleados y ayudarlos a sentirse conectados con las organizaciones y entre sí, dice Mercep. Los temas cubiertos en dichas sesiones pueden incluir el fortalecimiento de la resiliencia, el cultivo de la bondad, la gratitud y el optimismo, estrategias saludables de afrontamiento, autocuidado y atención plena.

Mucho antes de la pandemia, algunos empleadores ya estaban preocupados por una variedad de problemas y necesidades de bienestar financiero en su fuerza laboral, como los niveles de ahorro, deudas personales y conocimientos financieros. Los desafíos financieros relacionados con la pandemia han enfocado estos temas con mayor nitidez. Las organizaciones están revisando sus ofertas y apoyo de bienestar financiero, incluida la orientación sobre cómo volver a encarrilarse si la pandemia ha desviado a los empleados.

Para los empleadores que ya están considerando el bienestar de manera estratégica, COVID-19 ha creado la necesidad de examinar sus ofertas para ver cómo pueden ayudar a los empleados a desarrollar una mayor resiliencia.

EMPLEADOS RESILIENTES, NEGOCIO RESILIENTE

 Reconocer los diversos impactos de la pandemia en los empleados y ayudar a abordarlos debería ser parte de cualquier estrategia general para guiar a una empresa a través de la crisis.

“Mire cómo COVID-19 podría haber afectado a sus empleados, en sus diferentes circunstancias personales y lo que está haciendo o podría hacer por su salud y bienestar”, dice Kaur. “Piense en ello desde una perspectiva de resiliencia porque la resiliencia de la fuerza laboral es un elemento importante del éxito de su negocio, especialmente en estos tiempos desafiantes.

“A medida que aborda los otros desafíos comerciales de la gestión de operaciones, ya sea trabajando a distancia o regresando al lugar de trabajo, asegurarse de que los empleados se sientan apoyados, seguros y cuidados, ya que esto debe ser un elemento central de su estrategia de personal y de la cultura de su organización”.

“Cuando los empleados ven a su organización como un colaborador que se compromete a mantenerlos a ellos y a sus familias seguros”, agrega Deka, “no hay mejor manera de vincularse y generar lealtad”.

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