Riesgos y beneficios del home office en las organizaciones

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VISIÓN GENERAL

Después del establecimiento de las líneas de ensamblaje en las fábricas, el teletrabajo es la innovación más importante en el mundo laboral contemporáneo, que ha traído beneficios no solo a los empleados, sino a las organizaciones que pueden ahorrar algunos recursos y, a la vez, volverse más atractivas para los empleados que buscan este tipo de beneficios.

Dada la creciente participación de nuevas generaciones en el entorno laboral, con nuevas necesidades y prioridades, las compañías se han visto en la necesidad de reinventarse en términos del desarrollo de planes de bienestar más flexibles que respondan a los intereses de la mayor parte de su población.

El teletrabajo hace parte de estas nuevas estrategias en las organizaciones enfocadas en la retención del mejor talento e incluso en mejorar la productividad de la organización.

Una encuesta de Gallup en 2018 reveló que el 43% de los empleados estadounidenses trabajan ahora de forma remota al menos parte del tiempo, y casi un tercio de ellos lo hace cuatro días a la semana o más.

Entornos de trabajo más flexibles y mejoras sustanciales en la conectividad del Internet abrieron el camino para esta tendencia que, de acuerdo con  el Censo en Estados Unidos en 2017 tiene mayor ascendencia entre personas con una educación profesional e ingresos salariales altos.

En América Latina son pioneros en el tema Brasil, Argentina y México. Éste último, de acuerdo con un estudio de la firma tecnológica Citrix, en camino a que el 80% de las actividades laborales se realicen de forma remota tan pronto como para el 2020.

En Colombia, la tendencia a tele trabajar también está en aumento. Entre el 2012 y el 2018 el número de empresas que implementaron el teletrabajo se triplicó, pasando de 4.292 a 12.912.

Pero al lado de las ventajas también aparecen las desventajas. Las más significativas están asociadas con posibles enfermedades de salud mental que estarían afectando a quienes trabajan por fuera del ritmo tradicional de las oficinas, llevándolos incluso, según estudios a enfermedades crónicas tanto a nivel físico como psicológico.

Así, ¿Cómo podrá una organización implementar esta poderosa herramienta de retención de la manera más adecuada, de tal forma que el impacto en el bienestar de sus empleados sea positivo?


EN PROFUNDIDAD

Son muchos los beneficios que el teletrabajo puede traer a una organización y a sus empleados.

Desde permitirles a los empleados ahorrar dinero y tiempo en sus desplazamientos, máxima flexibilidad para equilibrar su trabajo y su vida privada, hasta aumentar su productividad al tener mayor concentración en sus funciones sin distracciones del entorno o reuniones innecesarias.

Sin embargo, una inadecuada implementación de esta práctica, puede convertir esta poderosa herramienta de engagement y bienestar en un dolor de cabeza para las empresas.

Según algunos estudios, el home office puede estar relacionado con enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad, el insomnio, la sensación de soledad y el estrés, derivados de largas jornadas de trabajo en soledad y en muchos casos, aislamiendo de sus grupos de trabajo.

Adicionalmente, puede llevar a un aumento de la fatiga, irritación, tristeza, falta de concentración, sentimientos de desconexión y hasta pérdida de autoestima.

En cualquier caso, “No se trata de estigmatizar la práctica, sino de hacer una implementación adecuada” señala Ana Milena Cruz, Gerente Médico de Aon Colombia.

Agregando que hay dos aspectos claves para que el teletrabajo sea provechoso tanto para las empresas como para el bienestar de los empleados:

Lo primero es que la decisión debe estar bien diseñada y correctamente ejecutada desde el área de recursos humanos de las organizaciones y con la participación de la línea directiva.

“Debe ser una directriz clara y estratégica de las organizaciones”, agrega Ana Cruz.

Lo segundo, es que la decisión tenga en cuenta además de la conveniencia profesional, la personalidad de los empleados para así no obtener resultados negativos de lo que se ofrece como una experiencia positiva.

TIPS PARA UNA IMPLEMENTACIÓN EXITOSA

Las siguientes son algunas recomendaciones dadas por Ana Milena Cruz para lograr una implementación exitosa de esta forma de trabajo:

Adecuar el puesto de trabajo. Cuando se establece el home office como política instaurada por las compañías, es necesario haber realizado previamente el análisis del puesto de trabajo en el domicilio.

“Se debe hacer un estudio previo por parte el área de salud ocupacional de la compañía de forma domiciliaria y el riesgo es cubierto por la ARL, teniendo la salvedad del tipo de trabajo que el empleado está realizando” agrega Cruz.

Definir perfiles de empleados. Conforme al tipo de cargo, frecuencia y necesidad de relacionamiento físico con las demás áreas de la organización, e incluso niveles de decisión y requerimiento en reuniones, se puede o no evaluar ciertas posiciones para realizar home office.

Así mismo, son variables a considerar, la necesidad que un determinado empleado pueda tener por razón de su posición en la familia (madres cabeza de familia) o por facilidad y/o desplazamiento (vivir a más de una hora de distancia de la oficina).

Mantenerlos tecnológicamente conectados. Antes de implementar esta modalidad, la empresa deberá asegurarse de contar con la infraestructura tecnológica necesaria para lograr un óptimo resultado.

Así, deberán asegurarse de que sus empleados remotos estén permanentemente conectados con ellos, incluso con cámaras instaladas en sus puestos de trabajo, así como con sistemas en sus computadores que no solo les faciliten su comunicación sino también el rastreo de la ejecución de sus labores de cara a la organización.

Estar permanentemente en contacto. Esta es una tarea tanto del empleado remoto como de su jefe directo. Lo ideal es evitar el aislamiento de esos trabajadores mediante reuniones periódicas en la oficina y conversaciones de equipo por lo menos una vez al día.

“Es deber de los líderes estar pendientes de esa parte del equipo que está trabajando remotamente, para involucrarlos y hacerlos partícipes de todo lo que se sucede en la oficina, a través de chats, mensajes o comunicaciones virtuales”, explica Cruz.

Un cambio de mentalidad es la clave del éxito

El involucramiento de los líderes de las organizaciones en ese proceso es muy necesario para su éxito. No solamente respecto a la toma de la decisión, sino extensivamente en la adopción de la misma y en la conexión permanente con los empleados que trabajan remotamente.

“Esto supone la adopción de una cultura de cambio”, asegura Ana Milena Cruz, señalando que en la decisión e implementación deben estar activamente involucrados desde las cabezas de la empresa hasta los jefes directos de los empleados en home office.

“A las empresas no les conviene tener empleados que están inconformes con sus horarios, con la exigencia de tiempo que deben pasar en las oficinas, existiendo tantas formas de comunicación que permiten que una persona trabaje a la distancia. Es una conversación que hay que tener con los líderes”, dice Ana Cruz.

En síntesis, la mejor forma de tener éxito frente al tema es consiguiendo que los líderes estratégicos sean ejemplo y que las empresas sean consecuentes con esa política.

“Deben confiar en que si el home office se implementa correctamente permitirá la efectividad de los empleados, además de procurar un buen ambiente laboral, más ajustado a sus necesidades y características individuales” asegura Ana Cruz.

Así, antes de instaurarlo como una política corporativa, hay que trabajar en la mente de quienes estarán al frente de esa decisión.

Lo ideal al instaurar el teletrabajo es que se estudie al ser humano de forma integral y eso incluye la parte psicológica y emocional de esa persona.

“Siempre hay que tener en mente que no todos los empleados son susceptibles de ser exitosos en esa forma de trabajo; sin embargo, su implementación cuidadosa, y el convencimiento generalizado, desde los líderes, de que la práctica traerá más beneficios que implicaciones negativas los llevará al éxito de su implementación”, concluye Ana Milena Cruz.