La salud mental desempeña un papel crucial en la construcción de una fuerza laboral resiliente

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Enero 31, 2023


PANORAMA GENERAL

La pandemia de COVID-19 contribuyó significativamente a darle una mayor relevancia al bienestar mental y emocional de los empleados . Ahora, factores económicos como la inflación y la posibilidad de recesión , así como cuestiones relacionadas con responsabilidad social, están sensibilizando a los empleadores sobre la necesidad de encontrar medidas y beneficios más adecuados en materia de salud mental.

Según lo señala la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el artículo Fortalecimiento de las respuestas de salud mental al COVID-19 en las Américas: análisis y recomendaciones de políticas de salud , la pandemia de COVID-19 ha tenido impactos profundamente adversos en la salud mental de la población. Especifica que, en Perú, la prevalencia de síntomas depresivos durante el cierre nacional del país en mayo de 2020 fue cinco veces mayor que la reportada previamente a nivel nacional en el 2018 (34,9% vs. 6,4%, respectivamente).

Durante el bloqueo general en Argentina, los habitantes mostraron síntomas sustanciales de ansiedad y depresión, con 33% y 23% de los participantes reportando posibles síntomas depresivos y de ansiedad. Por su parte, una encuesta nacional en Brasil encontró tasas de prevalencia de depresión y ansiedad tan altas como 61% y 44%, respectivamente; y un estudio en México documentó síntomas de estrés postraumático clínicamente significativo en 28% de la población estudiada.

“Existe una correlación directa entre la salud mental y física que no podemos ignorar más”, dice Max Saraví, head of Health & Human Capital de Aon para Latinoamérica. “Las compañías en general han actuado correctamente al enfocarse en los componentes de salud física de sus empleados, sin embargo, no siempre han considerado la importancia de incorporar los elementos mentales y emocionales a la ecuación”.

El reconocimiento de las empresas a este problema lo demuestra la 2021 Global Wellbeing Survey de Aon en la cual los encuestados clasifican el agotamiento y la ansiedad de sus empleados entre los cinco principales riesgos que afectan el rendimiento de la empresa. El estrés es un factor en ambos casos. Si bien el estrés estaba presente antes de la pandemia, esta última aumentó este riesgo de forma significativa”. señala Saraví.

A PROFUNDIDAD

Una mala salud mental puede afectar a toda una organización. Si bien, no hay datos precisos sobre cuánto dinero significa la pérdida de productividad por ausencias relacionadas con padecimientos de salud mental, el Banco Mundial destaca que la depresión es el trastorno mental más común a nivel mundial. En América Latina el 5% de la población adulta padece de ella, pero la mayoría no busca —ni recibe— tratamiento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Adicionalmente, según el Banco Mundial, los trastornos mentales y neurológicos representan casi una cuarta parte de la carga de las enfermedades en América Latina y el Caribe, incluyendo depresión, ansiedad y trastorno bipolar. Estas enfermedades impactan el día a día de las personas: trabajo, actividades cognitivas, actividades familiares y sociales.
Para contrarrestar el impacto económico debido a las licencias médicas relacionadas con la salud mental, los empleadores deben invertir en el bienestar de sus empleados.

La Encuesta Global de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) 2022 realizada por Aon, establece que el 41%de las compañías entrevistadas en América Latina, proporcionan en sus planes de beneficios acceso al psiquiatra, e incluso el 32% proporcionan acceso a la cobertura de salud mental para pacientes hospitalizados.

Estos datos demuestran que hay mucho trabajo por hacer para ampliar esta cobertura de beneficios. Un informe del 2022 de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos (SHRM), la Fundación SHRM y la compañía de atención médica Otsuka Pharmaceutical Co. Ltd. encontró que casi el 78% por ciento de las empresas ofrecen o planean ofrecer recursos de salud mental en el 2023, pero solo el 32% por ciento de los profesionales de recursos humanos encuestados para este informe, dijeron que tales ofertas de salud mental eran una “alta prioridad” en sus compañías.

En Busca del Bienestar Emocional

“A la hora de abordar los problemas de salud mental y emocional de los empleados, muchas empresas empiezan por revisar sus programas de beneficios para determinar qué funciona y qué no. Esto incluye considerar la cobertura de salud mental enfocándose en la parte del aumento de la aptitud emocional de los empleados”, afirma Saraví.

“Se trata más bien de prevención -continúa el experto-, puede ser a través de entrenamientos sobre salud mental, apoyo de especialistas o proveer recursos específicos que ayuden a los líderes a comprender la prevalencia de los problemas de salud mental y emocional, así como lo que pueden hacer para tratar esta situación. La gente está más abierta a la conversación, es solo que a veces no sabe usar las palabras correctas”.

Las Herramientas Adecuadas, la Cultura Adecuada

En muchos casos, los empresarios se están dando cuenta de que ya disponen de muchas de las herramientas necesarias, solo necesitan mejorar la comunicación con los empleados sobre lo que tienen a su disposición. Eso es especialmente importante cuando se trata de satisfacer las necesidades de los colaboradores al tiempo que se controlan los costos frente a una posible recesión.

“Con la amenaza de una recesión, las empresas están analizando los costos y se plantean si realmente necesitan introducir algo nuevo, o si pueden ampliar, promover y/o comunicar mejor los programas existentes”, explica Saraví. Para que estos programas tengan éxito, las empresas deben contar con la cultura adecuada. Saraví sostiene que las compañías deben considerar si tienen flexibilidad, un liderazgo empático con las personas que tienen dificultades y líderes que sepan reconocer a los empleados que necesitan apoyo. “Si los líderes no adoptan estas medidas, los demás empleados no estarán dispuestos a hacerlo porque no tienen un ejemplo a seguir”, agrega.

También es fundamental eliminar el estigma que suele acompañar la búsqueda de ayuda para la salud mental o emocional. “Lo difícil es cómo mostrar a las personas que pueden utilizar estas herramientas y hablar libremente sobre su salud mental”, revela Saraví.

Construyendo Programas Eficaces de Salud Mental

Si las empresas determinan que sus beneficios de salud mental se están quedando cortos, pueden tomar varias medidas para diseñar programas más efectivos.

1. Evaluar la oferta existente y determinar qué carencias en materia de bienestar mental o emocional deben subsanarse. Un programa exitoso se centrará en la prevención y la reducción de riesgos, así como en el tratamiento.

2. Debido a que las necesidades de los empleados varían, las ofertas de bienestar mental y emocional también deben abordar esa diversidad. Si bien las soluciones digitales podrían ser adecuadas para algunas personas, otras podrían beneficiarse más de las sesiones en persona. El marco adecuado de salud mental proporciona enfoques apropiados para cada empleado.

3. Las empresas también deben examinar los datos disponibles de fuentes tales como los programas de asistencia a los empleados, absentismo y fuentes relacionadas con la salud mental, como el desempeño del plan de salud y la entrega de medicamentos. La frecuencia con la que las organizaciones evalúen los datos depende de la cultura de la organización. Algunas pueden realizar evaluaciones anuales o semestrales, mientras que otras pueden complementar esas evaluaciones a lo largo del año con información generada a través de encuestas de empleados o grupos focales de discusión.

4. Por último, las compañías también deben crear un mecanismo para recopilar comentarios de los empleados a fin de garantizar que los programas de salud mental y emocional satisfagan sus necesidades. “En este tipo de evaluación, deben utilizar encuestas u otras herramientas para recopilar información de los empleados, de modo que puedan replantear sus estrategias en función de las necesidades específicas de los colaboradores”, dice Max Saraví de Aon. “En nuestra experiencia, las empresas no suelen realizar esta parte de la evaluación antes de definir lo que quieren implementar”.

Un Enfoque Integrado para la Salud de los Empleados

Considerar la salud mental y emocional como partes integrales de un enfoque holístico del bienestar de los empleados puede aumentar las posibilidades de éxito de las organizaciones a la hora de construir una fuerza laboral saludable y resiliente. Para progresar en este ámbito, las empresas pueden adoptar un enfoque que incluya un análisis detallado de sus programas de beneficios, las necesidades de sus empleados y los datos que pueden servir para la toma de decisiones. Esta visión de la salud de los empleados contribuye a que las organizaciones puedan anticiparse a los desafíos del bienestar, asegurándose que las estructuras de apoyo estén en funcionamiento cuando los empleados las necesiten.

“A menudo hacemos mucho más por la prevención de la salud física que por la mental”, explica Saraví. “Estamos empezando a mejorar, pero es solo el principio”, finaliza.