Bienvenida la era de la ‘digitalización’ en el sector de la construcción

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VISIÓN GENERAL

Al igual que la mayoría de las industrias, la construcción se encuentra en constante evolución, llegando a modificar el modo en que tradicionalmente se ejecutan los procesos.

Con la implementación de la tecnología al servicio de la construcción, preocupaciones comunes entre los constructores como el aprovechamiento de los espacios, el uso de materiales adecuados e incluso el diseño exterior de la edificación dejan de ser un problema.

Este nuevo concepto tecnológico en la construcción da lugar a lo que se conoce como ciudades inteligentes, las cuales aprovechan los datos de los sistemas, sensores e infraestructura misma, para facilitar procesos, reducir costos, e incrementar la productividad.Llegando incluso a recolectar y manejar datos para garantizar la operación y mantenimiento futuro de las estructuras, edificaciones y elementos que las conforman.

“Hablar de las ciudades inteligentes es hablar de la calidad de vida de sus habitantes. Es reflexionar sobre cómo se está pensando la construcción dentro de las ciudades para que sean espacios con mucha más conectividad, lo que a la postre redunda en calidad, confort en incluso impacto ecológico”, señala Paola Alzate, líder comercial y vicepresidente de la industria de Infraestructura de Aon.

Sin embargo, estos beneficios potenciales producto de la tecnología y la recolección y análisis permanente de data traen consigo una mayor vulnerabilidad a nuevos riesgos que deben ser conocidos por los miembros de la industria y sus posibles clientes.

¿Cómo lograr un balance entre los beneficios de la tecnología y sus riesgos asociados?


EN PROFUNDIDAD

Una ciudad inteligente es aquella que aprovecha los datos de los sistemas, sensores e infraestructura para reducir costos y aumentar la productividad.

Su existencia y desarrollo se relacionan con términos como ‘Infratech’ y ‘constructech’ que se remiten al uso de las tecnologías para el desarrollo de la infraestructura en general y de la construcción en particular, dando como resultado espacios construidos con procesos optimizados, tecnológicamente hablando, y rentables, en términos de tiempo y recursos empleados.

Supone, entre otras cosas, repensar los procesos tradicionales de la industria de la construcción, desde el uso de nuevas tecnologías y análisis de datos al servicio de la fabricación de materiales, e incluso en los procesos de diseño, construcción y, especialmente durante la operación de esas estructuras, que en conjunto dan lugar al concepto de ‘ciudad’.

Diana Ximena Ramos, consultora de riesgos de Aon Colombia agrega “como resultado de la inclusión de la tecnología en la industria, nacen compañías como Brickschain que digitalizan el ciclo de la cadena de valor en la construcción de una edificación en un repositorio de data a través de una API (Application programming interface). Este, crea un registro de transacciones dando vida a datos e información, permitiendo ahorros de costos y brindando herramientas de gestión y mitigación de riesgos.”

Así, la interconectividad de los procesos tecnológicos está llevando a la industria de la construcción a otro nivel que le permitirá participar y beneficiarse de la denominada Cuarta Revolución Industrial.

Calidad de vida y otros beneficios

Son múltiples los beneficios asociados al desarrollo de este tipo de proyectos inteligentes.

El primero y más importante es su repercusión e impacto directo en la calidad de vida de las personas.

Pues, en la medida en que son utilizados sensores que permiten automatizar e interconectar los puntos de conexión de energía eléctrica tanto pública como al interior de las viviendas, los sistemas de suministro de agua, e incluso el abastecimiento de alimentos en los hogares, entre otros; Los habitantes de las ciudades inteligentes contarán con herramientas que facilitarán su día a día, desde mayores niveles de seguridad en las calles, hasta facilidades que reducen su huella de carbono.

Así mismo, la industria verá impactada su productividad tanto en la ejecución de obras de gran envergadura, como en su operación y mantenimiento; entendiendo que, el costo de operar una construcción es usualmente de entre el 80 y el 90 por ciento del costo total de la propiedad.

Incluso, como es el caso del algoritmo en el que trabaja el Departamento de Planeación Nacional de Colombia (DPN), por medio del cual se espera detectar mediante imágenes satelitales, posibles vías terciarias del país con una precisión del 80 por ciento, reduciendo tiempos y recurso humano. La tecnología podría lograr eficiencias previo a la ejecución de las obras mismas

Otros beneficios importantes tienen que ver con mejorar los niveles de seguridad en la operación de algunas de estas estructuras, así como incrementar los niveles de productividad, mejorar la asignación de recursos y los estándares de control de calidad que se derivan de la misma forma de operación que lleva al desarrollo de estos espacios inteligentes.

Así, agrega Alzate “estamos en la búsqueda de “calidad de vida” en una ciudad inteligente que aprovecha los grandes beneficios de la tecnología y manejo de la data para reducir los costos y aumentar la productividad”

¿Qué implican los cambios?

“La construcción inteligente es de lo que se está hablando en el mundo y es hacia donde se está digiriendo el segmento para estructurar soluciones realmente innovadoras. Sin embargo, así como evolucionan los activos y por ende las ciudades, encontramos riesgos más sofisticados”, señala Alzate

Esta nueva tecnología, a pesar de disminuir otro tipo de riesgos, implica una mayor vulnerabilidad ante ataques cibernéticos, inherentes a la interconectividad de estructuras y sistemas de construcción.

Adicionalmente, al tratarse de proyectos de carácter público en algunos casos, se incrementa el riesgo de ataques de hackers a sistemas públicos en donde se almacena y conserva la información de una ciudad, sus finanzas y sus ciudadanos.

El desarrollo es un compromiso de todos

En general, son muchos los beneficios que la infratech y contructech traen a la industria, su cadena de suministros y el usuario final de los bienes.

Oscilando desde calidad de vida para la población de una ciudad, hasta reducción sustancial de precios ante reducción de costos, e incremento en la eficiencia, productividad y seguridad de los proyectos constructivos, todos los miembros de la industria reconocen los beneficios de la adición de herramientas tecnológicas a sus procesos

Sin embargo, aún hay múltiples aspectos para tener en cuenta durante el proceso de implementación, y son los mismos beneficiarios los encargados de darle la bienvenida a la era de la digitalización en la industria de la construcción.

Así, concluye Paola Alzate, “estamos en la revolución de las ciudades inteligentes, por ende, la innovación en el manejo de los riesgos y la responsabilidad social serán la clave para acompañar a los intervinientes de la industria en el logro de sus metas individuales.”